Entrevista a la Dra. Victoria Coll Aráoz. CSO de la empresa Semion
La aparición de nuevas plagas y la reemergencia de otras ya conocidas están generando enormes desafíos para la producción agroindustrial, tanto en la Argentina como en el mundo. En ese contexto, los bioinsumos y el manejo integrado de plagas resurgen con fuerza como estrategias capaces de reducir el impacto ambiental y mejorar la eficiencia de los sistemas productivos.
La startup Semion, liderada por la investigadora salteña, arraigada en Tucumán, Victoria Coll Aráoz, representa una experiencia concreta en este sentido: una propuesta biotecnológica que combina ciencia básica y aplicación de campo para el control biológico de dos insectos clave: Diaphorina citri, vector del HLB en los cítricos; y Dalbulus maidis, chicharrita del maíz, vector del complejo del achaparramiento (CSS) en el cultivo de maíz.
Fundada en 2023 tras un recorrido científico-académico y con el respaldo de aceleradoras como GridX e IndieBio, Semion se ha convertido en una referencia emergente en lo que respecta a la aplicación práctica de soluciones biotecnológicas de base científica. Lo distintivo de su propuesta radica en el diseño de sistemas complejos, basados en interacciones ecológicas, con una fuerte inversión en ensayos de largo plazo, validación experimental y una red internacional de colaboración.
El origen: ciencia aplicada, desde una Fulbright hasta el campo experimental
Victoria Coll Aráoz:
«Todo comenzó en 2022, cuando obtuve una beca Fulbright para trabajar en el USDA (Departamento de Agricultura de los EE.UU.), en Florida, junto al Dr. Joseph Patt. Allí participaba en ensayos con Diaphorina citri, explorando el uso de plantas acompañantes y promoviendo la presencia del parasitoide Tamarixia radiata. Usábamos cultivos como caupí, ocra y sorgo, que atraen enemigos naturales de forma espontánea.
Un imprevisto cambió el rumbo de mi investigación: el Dr. Patt se enfermó y quedé a cargo del laboratorio. En ese contexto decidí probar una idea que venía madurando: manipular el comportamiento del vector mediante señales olfativas. Fue así como inicié una línea de trabajo centrada en inhibir el metil salicilato que emiten las plantas infectadas y descubrí que podía alterar la preferencia del insecto.
Al regresar a la Argentina y ver los resultados preliminares, tomé la decisión de presentar el proyecto a GridX, una aceleradora que me venía contactando desde hacía tiempo. A partir de allí, se sumaron mis cofundadores: Alejandro Forlín, ingeniero agrónomo; Jorge Hill, entomólogo con quien venía trabajando desde hacía una década en el sistema Dalbulus maidis y su parasitoide Anagrus, y Emilio Molina, un emprendedor ecuatoriano con trayectoria en el ámbito agrícola. Así nació Semion.
Desde el inicio, tuve claro que no quería desarrollar un producto aislado, sino un sistema vivo, dinámico, basado en el comportamiento de los insectos y en las señales que medían sus relaciones con las plantas.
Actualmente trabajamos junto a la Universidad de Florida, donde continuamos con ensayos en cítricos, mientras que en Argentina nos enfocamos en maíz. En paralelo, seguimos incorporando investigadores, estudiantes y pasantes que hacen posible este proyecto, que crece día a día desde una ciencia orientada a generar un impacto concreto en el campo.»
Estrategia científica: manipulación del comportamiento y sistemas “push-pull”
“Hackeamos el lenguaje químico del insecto para que no prefiera al cítrico.”
El sistema de control de Diaphorina citri desarrollado por Semion se basa en una comprensión detallada del comportamiento del vector y su relación con las plantas infectadas. Cuando un cítrico está infectado con la bacteria del HLB, comienza a emitir una mezcla de compuestos volátiles que actúa como un faro para D. citri. Semion interrumpe ese ciclo: logra que la planta tratada no emita dichos compuestos y, al mismo tiempo, utiliza plantas trampa que sí lo hacen. Este sistema de doble acción —conocido como estrategia push-pull— busca no solo repeler, sino redirigir al vector.
Las plantas trampa se seleccionan cuidadosamente, y se ha trabajado con especies del género Murraya, tanto M. paniculata como M. koenigii, adaptadas a las condiciones locales y reguladas en los marcos legales de Florida.
Además, Semion complementa estas estrategias con monitoreos de enemigos naturales, como crisopas, sírfidos y coccinélidos, todos ellos con un rol clave en el control biológico natural. Este enfoque de “sistema” —en lugar de producto único— permite intervenir desde múltiples frentes, reduciendo las poblaciones del vector sin generar presiones de resistencia como ocurre con algunos insecticidas sintéticos.
“No se trata de matar al insecto, sino de enseñarle a irse.”
Ensayos en campo: evidencia experimental y resultados concretos
Semion lleva adelante ensayos en condiciones reales y durante ciclos completos. En Fort Pierce y el Citrus Research and Education Center (CREC) de la Universidad de Florida, se evalúa la infección de plantas nuevas rodeadas por infectadas, midiendo parámetros como colonización, productividad y análisis de presencia bacteriana mediante técnicas moleculares (PCR).
En un campo comercial de pomelo, otro ensayo extendido durante más de un año incluyó monitoreos semanales de Diaphorina citri, enemigos naturales, desarrollo de las plantas y captura de volátiles. También se midieron los efectos de distintos atrayentes y tratamientos sobre híbridos con diferente tolerancia.
Los resultados indican una reducción del 90% en la población del vector y una tasa de infección prácticamente nula en las parcelas tratadas, en contraste con el 66% en las parcelas control.
Visión de futuro: una startup científica con ambición global
Impacto actual: ciencia viva, en expansión
Semion ya participa en programas de aceleración en EE.UU., colabora con la Universidad de Florida y Texas A&M, y lleva adelante ensayos de validación tanto en cítricos como en maíz. La startup ha demostrado que es posible generar tecnologías biológicas de alto impacto, con respaldo experimental y capacidad de implementación real.
Los resultados obtenidos en campo muestran una reducción de hasta un 90% en la población de vectores como Diaphorina citri y una tasa de infección prácticamente nula en las parcelas tratadas. Estas evidencias fortalecen la propuesta de Semion como alternativa sólida al control químico tradicional, especialmente en escenarios donde la presión de plagas es elevada y la sustentabilidad es una exigencia.