Revista Avance
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Producir más, mejor y con menor impacto: el desafío real del agro argentino

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Marcelo Torres, presidente de Aapresid, en una entrevista exclusiva para Avance Agroindustrial, describe las herramientas con las que la institución impulsa la sustentabilidad en el campo: certificación con indicadores, plataformas digitales, redes técnicas y nuevas oportunidades de mercado para quienes se animan a transformar.

Medir para mejorar: el primer paso hacia una producción sustentable

En Aapresid entendemos que hablar de sustentabilidad requiere más que una declaración: implica poder medirla con claridad; por eso impulsamos la definición de indicadores concretos que nos permitan saber en qué nivel de sustentabilidad estamos en cada establecimiento y en cada región, y cómo evolucionamos en el tiempo. Queremos que los productores puedan compararse con ellos mismos, con su grupo regional y con otras zonas.

La base de esto es nuestra propia certificación, Ambiente Regenerativo Certificado (ARC), lanzada en mayo de 2025. Está construida sobre tres pilares: el productivo, el ambiental y el social. En lo productivo, observamos si el sistema se basa en siembra directa, qué nivel de rotación y diversidad tiene y cuán intensificada está la secuencia, es decir, cuánto tiempo está verde y vivo ese campo. Esto, naturalmente, depende del ambiente donde esté ubicado el establecimiento: no es igual una zona semiárida que una subtropical.

Lo ambiental incluye indicadores como la huella de carbono, la huella hídrica y el EIQ, índice que mide el impacto de los agroquímicos. Y en lo social evaluamos el cumplimiento de normativas laborales, el plan de capacitaciones y también cómo ese establecimiento se vincula con la comunidad.

Para construir y sostener estos indicadores, es importante que toda la información esté digitalizada, ordenada y georreferenciada. Sin datos, no hay forma de evaluar. Por eso impulsamos herramientas como nuestra plataforma Aapresid Conecta, que permite a cada socio registrar la historia de sus lotes y hacer un seguimiento a lo largo del tiempo, desde la genética utilizada hasta la densidad de siembra, el manejo del cultivo y las aplicaciones realizadas.

 

Marcelo Torres, Presidente de Aapresid.

Además, trabajamos con redes temáticas y territoriales que acompañan este proceso. Por ejemplo, la Red de cultivos de servicio, que permite adaptar estas prácticas a distintas regiones; o la Red de brecha de carbono, con la cual medimos cuánto carbono estamos capturando según las prácticas aplicadas. Las chacras también son espacios clave donde se monitorean variables de productividad, salud del suelo y estabilidad del sistema.

Nuestro objetivo es claro: ayudar al productor a sostener altos niveles de productividad con buena rentabilidad, y al mismo tiempo, con impactos ambientales decrecientes. Estamos convencidos de que un sistema que mantiene el campo verde, con un microbioma activo, que fija biológicamente nitrógeno y captura carbono, no solo es ambientalmente mejor, sino agronómicamente superior.

Del lote al mercado: cómo hacer visible lo que vale

Capturar valor por producir de manera sustentable es fundamental. No solo para reconocer a quienes ya lo están haciendo bien, sino porque es la única forma de que más productores se animen a transitar este camino. Si ese esfuerzo no se traduce en mejores condiciones, quedamos atrapados en un modelo que, aunque bien intencionado, no escala.

Desde Aapresid impulsamos la construcción de esa posibilidad. Y eso requiere alianzas con la industria, la exportación y las entidades financieras. El objetivo es que aquellos productores con buenos indicadores —productivos, ambientales y sociales— puedan acceder a precios diferenciales, líneas de crédito específicas y procesos de certificación más accesibles.

La clave está en contar con datos confiables, digitalizados, ordenados y trazables. No alcanza con señalar que se están haciendo bien las cosas: es necesario demostrarlo. Por eso promovemos el uso de plataformas como Aapresid Conecta.

Hoy, por ejemplo, sabemos de exportadores que requieren maíz con huella de carbono medida para vender a salmoneras chilenas, que a su vez deben calcular su propia huella ambiental. En esos casos, si el productor puede entregar ese dato en el puerto, con trazabilidad hasta el lote, se abre una posibilidad real de bonificación. Hay también experiencias concretas en Rosario, donde productores comercializan soja con un plus por trazabilidad ambiental. Son negocios de nicho, pero ya están ocurriendo.

 

Sin embargo, esto no va a escalar si no generamos volumen. No es que primero aparece el mercado y luego se adapta el productor. Es al revés: hay que construir desde el campo, con datos y certificaciones, para que la industria pueda identificar esos lotes diferenciales y transformar ese valor en condiciones concretas.

Nuestra certificación -ARC- apunta justamente a eso, certifica productos y procesos: “Esta tonelada de maíz o soja fue producida en siembra directa, con rotación diversa, con una secuencia intensificada, con baja huella de carbono y prácticas sociales adecuadas”. Eso tiene valor. Trabajamos con auditores externos como Control Union o IRAM, y también comenzamos a usar modelos predictivos que permiten estimar el impacto de ciertos cambios en el manejo, siempre con una base verificable. La declaración del productor debe poder ser auditada.

En definitiva, se trata de construir un canal sólido entre el productor y quien transforma ese grano, para que ese esfuerzo ambiental no quede invisible. Y para que producir sustentablemente también sea económicamente viable.

Digitalizar no es fácil, pero es el primer paso”

Existe una brecha concreta en la digitalización agropecuaria. Aunque es un tema muy presente, en la práctica muchos productores siguen trabajando con planillas Excel sin georreferenciar. Esa situación limita la posibilidad de construir indicadores, medir huellas o analizar el comportamiento de un lote a lo largo del tiempo.

Uno de los principales desafíos es que muchas plataformas no se integran entre sí. Algunas leen mapas, otras datos tabulados o imágenes. Esto obliga al productor a cargar la misma información varias veces, lo cual genera frustración o abandono. No se trata de una falta de interés por la tecnología, sino de que el sistema aún no es suficientemente amigable.

Nuestra plataforma permite a los socios registrar toda la historia del campo, en un solo entorno, con información georreferenciada. Ese es el punto de partida. Trabajamos con aliados tecnológicos para que esa integración sea posible. Apuntamos a que el productor cargue sus datos una sola vez y que esa información sirva para múltiples fines: tomar decisiones, certificar, acceder a financiamiento o garantizar trazabilidad.

 

 

La digitalización no es un fin en sí mismo. Es la puerta de entrada hacia una agricultura más precisa, rentable y con menor impacto. Cuando los datos están ordenados, se puede avanzar hacia una agricultura de sitio específico: ya no se aplican insumos de manera uniforme, sino adaptados a cada ambiente. Esto es totalmente factible con las plataformas, maquinarias y conocimientos actuales, y aporta valor inmediato.

A partir de allí se pueden calcular huellas de carbono e hídricas, estimar el impacto de fitosanitarios, construir trazabilidad y aplicar inteligencia artificial para identificar patrones valiosos.

Pero todo esto solo es posible si damos el primer paso: contar con información estructurada y compartida bajo criterios comunes. Si seguimos con registros dispersos, nunca podremos avanzar hacia una certificación robusta ni hacia una valorización ambiental real. La tecnología ya existe. Las máquinas brindan datos en tiempo real sobre lo que ocurre en el lote. Sin embargo, ese potencial está subutilizado, en parte por falta de conectividad, interoperabilidad y formación. Por eso promovemos la capacitación del operario, el técnico y el asesor, y fomentamos una cultura digital práctica, eficiente y útil para todos.

El asesor agrodigital: quién es y qué hace el técnico que conecta el campo con la tecnología

Hoy necesitamos una figura clave: el asesor agrodigital, que no reemplaza al agrónomo de campo, sino que lo complementa. Es alguien que entiende la agronomía pero también conoce el mapa de tecnologías digitales disponibles. Sabe cómo hacer una prescripción variable, interpretar imágenes satelitales, calcular indicadores ambientales y construir un historial técnico del lote.

Este perfil requiere una mirada estratégica. No se trata de empezar por la certificación, sino de sentar bases sólidas: digitalizar el establecimiento, ordenar la información, generar datos de calidad. A partir de ahí, se pueden implementar prácticas de sitio específico, construir trazabilidad, medir huellas y avanzar hacia la certificación. El asesor agrodigital es quien puede acompañar ese proceso paso a paso.

Es fundamental que tenga contacto directo con el productor y su equipo técnico, que conozca los puntos críticos de cada establecimiento, las preguntas que se hacen en el día a día, y las herramientas disponibles para resolverlas. En muchos casos, eso implica incluso desarrollar soluciones a medida junto con empresas tecnológicas.

Tenemos experiencias concretas: drones que se usan para mapear malezas en lotes irregulares y luego permiten aplicaciones selectivas; y operarios jóvenes egresados de escuelas agrotécnicas que manejan sembradoras de alta precisión y capacitan a otros. Todo eso ya está ocurriendo. El desafío es escalarlo.

Este perfil exige formación continua, vínculos fluidos con la industria, las escuelas técnicas, las cooperativas, y una gran capacidad de adaptación. Porque la tecnología avanza muy rápido, y si no hay personas capaces de acompañar ese ritmo desde el territorio, la brecha va a seguir creciendo.

Desde Aapresid estamos convencidos de que el futuro de la producción sustentable depende en gran parte de que estos perfiles se multipliquen, se consoliden y se profesionalicen. Porque la digitalización no la hacen las plataformas: la hacen las personas.


Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres: ciencia al servicio del territorio

Visitar la Estación Experimental Obispo Colombres fue muy gratificante. Me encontré con un equipo técnico comprometido, con una visión prospectiva que articula ciencia, producción e industria. Eso es fundamental para que esta transformación se sostenga y escale.

Creemos que instituciones como la EEAOC tienen un rol clave en la construcción de estos nuevos perfiles. Combinan formación técnica, investigación aplicada y un conocimiento profundo del territorio. Están en una posición inmejorable para ser protagonistas de este cambio.

Ya venimos conversando con técnicos locales para organizar talleres, escuchar a los productores y detectar desafíos concretos. Queremos que Tucumán tenga un rol destacado en esta agenda nacional de agricultura sustentable y digitalizada.


Congreso AAPRESID N.º 33 – “Código Abierto”

 

Del 6 al 8 de agosto, el Predio Ferial La Rural de Palermo será sede del 33º Congreso AAPRESID bajo el lema “Código Abierto”. La propuesta de esta edición invita a trabajar juntos por un agro colaborativo y regenerativo, basado en el intercambio abierto del conocimiento, la búsqueda anticipada de soluciones frente a los desafíos futuros y la protección de valores esenciales como el cuidado del suelo, la biodiversidad y las comunidades.

El encuentro contará con la participación de alrededor de 450 disertantes, distribuidos en más de 160 paneles y conferencias que se desarrollarán simultáneamente en nueve auditorios, destacándose uno con traducción simultánea y con capacidad para 2000 asistentes. Además, se retomarán los espacios denominados “talleres”, con tres ambientes reducidos, destinados a facilitar el intercambio directo y dinámico entre los asistentes y los especialistas referentes en cada tema.

Este año la experiencia será exclusivamente presencial, sin transmisión vía streaming. Los contenidos del Congreso se estructurarán en siete ejes temáticos principales:

  • Aprender produciendo
  • Innovación y Agtech
  • Perspectivas sociopolíticas
  • Desafíos globales
  • Manejo de plagas
  • Sistemas integrados
  • Sistemas productivos sustentables

Para más información e inscripciones, dirigirse a congreso.aapresid.org.ar

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